Berlín, Agosto 2010. Interior, día.
El protagonista entra en el baño y se dispone a lavarse la cara. Se quita las gafas, las cuales deja encima de la taza del wáter (con la tapa cerrada, claro) ante la cantidad de cosas que abarrotan los alrededores del grifo. Una vez limpia y seca la cara, el sujeto, aprovechando el viaje, decide cambiar el agua al canario, miccionar, mear.
Por una extraña conexión de las neuronas de su cerebro, se dispone a hacerlo sin ponerse las gafas, confiando en su legendaria puntería. El nivel de miopía y el Alzheimer hacen el resto. NO ve las gafas y NO se acuerda de donde las había dejado. Levanta la tapa de la taza para llevar a cabo su misión. Ve un objeto borroso volando (un OVNI) y acto seguido escucha un ¡crash!
Poco después sale por la puerta de la casa a comprar más líquido para las lentillas.
Dedicado a Eurocero y sus gafas.
La cara de gilipollas que se me quedó fue de concurso.
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