jueves, 17 de febrero de 2011

Club de fans de John Wayne


Todos tenemos una figura o personaje que nos recuerda a nuestra infancia, que nos marcó indeleblemente. El mío, ya lo sabéis, es Miguel Induráin. Es un poco cutre, la verdad, por lo que os voy a hablar del de mi padre, nada más y nada menos que John Wayne.

Mi padre de pequeño vio a John Wayne. Y no me refiero a las tropecientas y pico películas que se tragó en sesiones matinales dobles en las que por dos pesetas veías dos pelis, comías palomitas y te quedaba para unos chicles al salir, no. Me refiero a que lo vio en persona. La luz que desprendía el vaquero por excelencia, el macho con mayúsculas, el símbolo de una época en la que los hombres se ponían pantalones y las mujeres faldas, viajó desde su americana figura hasta penetrar las pupilas y, en última instancia, el corazón y las tripas de mi padre. Y ahí se quedó foreva. Fue en Sitges, donde años después comenzaría a celebrarse uno de los festivales de cine más aclamados de España. ¿Casualidad? Seguramente sí, pero es un dato.

Aquella breve visión del actor ya anciano y bajando (o subiendo, no recuerdo) de un yate le bastó para que desde entonces no pase un día sin que fagocite una peli del Oeste, a poder ser con el Duque en ella.

Pero lo que más me gusta de esta breve y concisa anécdota es la humildad de mi padre. Si esto me hubiera pasado a mí hace 40 años, al principio contaría eso, que lo había visto subir a un barco, pero con los años deformaría la historia hasta convertirlo primero en un intercambio de miradas, luego en una pequeña conversación, más tarde en algún whisky juntos para terminar con tiroteo y salvación de damisela en peligro a dúo. Mi padre es sincero y campechano (como el Rey) y no ha cambiado los hechos a través del tiempo. Ahí quiero poner el énfasis.

Dentro de un tiempo diré que los EWL teníamos un Bloz que era la polla con cebolla, pero no colará. Al dejar todo registrado, la Internet ha matado el noble arte de la exageración. No todo iba a ser bueno.


3 comentarios:

  1. Me quedo con la expresión "la polla con cebolla" que, fíjese usté, nunca la había oído... ^^

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  2. Y ahora yo soy otro fan de John Wayne. "La polla con cebolla" gran frase de la que se deriva otra mítica como "la polla en vinagre"

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