jueves, 10 de febrero de 2011

Kebap in the back

Este verano nos fuimos a pasar unos días a Berlín. De hecho muchas de las nuevas canciones las escribimos allí. Esta experiencia dio para muchas anécdotas, y hoy hemos decidido haceros partícipes de una de ellas.

Vivíamos en el barrio turco de la ciudad, en un ambiente muy tranquilo y relajado. Comida barata por todos lados, garitos vintage para tomar café y cervezacas de medio litro por un mísero euro. Uno de nuestros pasatiempos favoritos era ir a comer fuera, ya os digo que es bastante barato, y lo hacíamos prácticamente todos los días. Chinos, hindúes, japoneses, todo tipo de restaurantes nos esperaban con los brazos abiertos para deleitarnos con suculentos platos. Por supuesto, la comida para llevar también nos tentaba mucho, y una noche decidimos cenar kebap.

Pero mira tú por donde aquí Santi estaba borrucho (ver el diccionario EWL-Castellano), vete a saber por qué. Al llegar al sitio el borruchímetro empezó a dar medidas peligrosas cuando el dependiente y nuestro protagonista no se podían entender. El Inglés del turco era inexistente, al igual que el Alemán de Mr. S. Al final, y tras un intercambio de signos y señales universales, consiguió pedir un kebap de ternera sin queso. La tormenta comenzó cuando lo que le entregó el dependiente fue un kebap vegetal con queso. Santi comenzó a increpar al señor cogiendo el queso con los dedos y sacándolo del kebap a la vez que diciendo con perfecta pronunciación “nain, nain”. Una vez que había quedado claro que eso no, dejó el bocadillo en el mostrador y se dio la vuelta indignado.

Pero claro, el señor de origen turco no había ido a Alemania para que vagos tocapelotas españoles le pegaran la bronca, por lo que decidió practicar un deporte muy extendido en Turquía, el “Kebap in the back”. Éste consiste en atizar a tu contrincante en la espalda con un kebap mientras el susodicho se está alejando corriendo de ti. Al ser campeón de su barrio de la especialidad y el blanco estar tan cerca, el acierto fue pleno. La salsa de yogur se derramó en una mancha blanca formando una circunferencia casi perfecta en la chaquetilla de Santi. Cuando éste se volvió indignado, el turco le señaló con el cuchillo de cocinero increpándole, ante lo cual el cagómetro pudo al borruchímetro y ahí quedo todo. “Vente para acá que hago un kebap contigo”, creemos que era lo que gritaba el dependiente.

Ya en España, Santi sigue viviendo su vida con toda la tranquilidad que puede después de la experiencia, aunque ha cogido animadversión a este tipo de comida.

En Berlín, el cocinero atleta continúa su labor de dar de comer a todo el que se presenta en su establecimiento. Además, fue tercero en el Campeonato Comarcal de Berlín de Kebap in the back.


1 comentario:

  1. Santi está hecho un machote... huir de un cuchillo jamonero es de ser machote, enfrentarse hubiera sido de gilipollas profundos.

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