viernes, 14 de enero de 2011

El siseo negativo. (Clase de economía doméstica impartida por Ed Wood Lovers)


Todos estamos familiarizados con el término sisar. Son pequeñas cantidades de dinero que, vacío legal mediante, quedan en tu bolsillo sobre todo después de ir a la compra. El desajuste entre el precio del producto y las vueltas que le das a tu madre (se da sobre todo en la adolescencia) queda en un limbo monetario del cual te aprovechas.

No tan común es el concepto de “siseo negativo”. Os lo explicaré.

El escenario óptimo es el siguiente. Compañero de piso con trabajo estable (llamémosle sujeto A o José) más compañero de piso sin un duro (llamémosle sujeto B o Santi). Por supuesto hay que pagar las facturas y de ello se suele encargar el individuo con posibles, ya que desconfía del otro a la hora de darle la suma del alquiler mensual, exageradamente alta para las manos del otro componente de la ecuación, evitando tentaciones innecesarias. Atentos, que ahora viene el intríngulis.

Dado que las cantidades a pagar mensualmente por cada inquilino, sumando luz y otros gastos, nunca, repito, nunca es exacta, el sujeto B se aprovecha de la coyuntura astutamente. ¿Cómo? Dando el dinero que le corresponde pagar menos una pequeña cantidad, el siseo negativo. La cantidad sisada negativamente será tan pequeña que al sujeto A, conociendo la situación de insolvencia del sujeto B, le dará vergüenza pedírsela, por lo que este último se ahorrará mensualmente un dinerito que sumado proveerá de cierto respiro a su situación financiera. Ejemplo:

-          Santi, tienes que pagarme 212.35 € este mes de alquiler y luz.
-          Ok, toma, esto hace 200…10 más…otro más…211…bueno, te debo un pavo y pico.
-          Bah, déjalo, total…

¡Zas! El sujeto B se ha ahorrado 1.35 € sin trabajo alguno mediante el siseo negativo. Minutos después, dicho montante multiplicado por diez será lapidado por dicho sujeto en cualquier chorrada, pero ésa ya es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

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